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Por: Teología Sana.

Este es un libro imprescindible y que creo que debe ser leído por todos los cristianos, un clásico espiritual de esta magnitud debería ser de lectura obligada para todos los creyentes en Cristo Jesús. Les recuerdo que el libro lo pueden descargar totalmente gratis en este enlace.

Si las frases que tomé del libro te son de bendición, entonces te invito a compartirlas con tus amigos.

Frases tomadas del libro:

1. Estar en paz con el mundo, la carne y el mal es estar en enemistad con Dios en el camino ancho que lleva a la destrucción. No tenemos alternativa ni opción. Debemos pelear o estaremos perdidos.

2. El enemigo con que lidiamos no vacaciona, nunca descansa, nunca duerme, así que en la medida que respiremos debemos mantener nuestra armadura y recordar que estamos en terreno del enemigo.

3. El síntoma más triste de todos aquellos que se hacen llamar cristianos es la absoluta ausencia de conflictos y peleas en su vida de creyentes.

4. Un hijo de Dios tiene dos grandes marcas en él, y de esas dos nosotros tenemos una. El puede ser reconocido por su batalla interior así como por su paz interior.

5. A diferencia de las batallas del mundo, el verdadero cristianismo pelea en un reino que no depende de su fortaleza física, del brazo fuerte, del ojo alerta o del pie ligero. Las armas convencionales no entran en este juego. Más bien, sus armas son espirituales y la fe es el eje sobre el cual gira esta batalla.

6. La fe en la verdad de la Palabra escrita de Dios es el fundamento esencial para el carácter de un soldado cristiano.

7. Nada hace que la ansiedad de una batalla se sienta tan livianamente en un hombre como la seguridad del amor de Cristo y su continua protección.

8. Nada más que la confianza interna que Cristo está a su lado y que su triunfo es seguro, es lo que posibilita al cristiano a soportar la fatiga de la vigilia, resistencia y luchas contra el pecado.

9. La batalla de un cristiano es buena porque pelea bajo el mando del mejor de los generales.

10. El Capitán de nuestra salvación nunca falla en conducir a Sus soldados a la victoria.

11. Su ojo está sobre Sus seguidores, desde el más grande hasta el más pequeño. El sirviente más humilde de Su ejército no es olvidado. Los más débiles y enfermos son cuidados, recordados y guardados en salvación.

12. Débil, como cada creyente es en sí mismo, el Espíritu Santo mora en él, y su cuerpo es un templo del Espíritu Santo.

13. Ningún soldado de Cristo se pierde nunca, se extravía o dejado muerto en el campo de batalla (Jn 18:9)

14. Vaya donde le plazca y usted raramente encontrara que cuarteles y tropas hacen bien a la vecindad. Por el contrario, vaya donde le plazca y usted encontrará que la presencia de unos pocos cristianos es una bendición.

15. Establezcamos en nuestras mentes que la pelea de Cristo es una buena batalla –realmente buena, verdaderamente buena, enfáticamente buena.

16. Vemos la lucha, pero no su final; vemos la campaña, pero no la recompensa; vemos la cruz, pero no la corona. Vemos a unos pocos humildes, quebrados espiritualmente, penitentes, gente de oración, soportando privaciones y desprecio del mundo, pero no vemos la mano de Dios sobre ellos, la cara de Dios sonriéndoles, el reino de gloria preparado para ellos. Estas cosas están aún por ser reveladas. No juzguemos por las apariencias. Hay muchas más cosas buenas acerca de la batalla cristiana que aquellas que vemos.

17. Por su propia felicidad resuelvan hoy adherirse al lado de Dios. Sacúdanse de su descuido e incredulidad del pasado. Sálganse de los caminos insensatos e irrazonables del mundo. Tomen la cruz y conviértanse en un buen soldado de Cristo.

18. Ninguno que se arrepiente y cree es demasiado malo para enrolarse en cualquier rango del ejército de Cristo. Todos los que vienen a Él por fe son admitidos, vestidos, armados, entrenados y finalmente conducidos a una victoria completa.

19. Recordemos de que si queremos pelear exitosamente, debemos ponernos la completa armadura de Dios y nunca desprendernos de ella hasta que muramos.

Todas las notas han sido tomadas del Libro “Santidad” de J.C. Ryle (versión digital), puedes descargar el libro gratis en este enlace.

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*John Charles Ryle fue un obispo evangélico anglicano inglés. Fue el primer obispo anglicano de Liverpool y uno de los líderes evangélicos más importantes de su tiempo.


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