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Por: Teología Sana.

Este es un libro imprescindible y que creo que debe ser leído por todos los cristianos, un clásico espiritual de esta magnitud debería ser de lectura obligada para todos los creyentes en Cristo Jesús. Les recuerdo que el libro lo pueden descargar totalmente gratis en este enlace.

Si las frases que tomé del libro te son de bendición entonces te invito a compartirlas con tus amigos

Frases tomadas del libro:

1. No deseo hacer de la santidad un ídolo. No deseo destronar a Cristo y poner la santidad en Su lugar. No obstante, francamente, puedo decir que desearía que la santificación estuviera en nuestros pensamientos más frecuentemente de lo que parece estar en estos días, y de ese modo tomar la ocasión de machacar el tema en todos los creyentes en cuyas manos estas páginas puedan caer.

2. No me hable de su justificación a menos que tenga también algunas marcas de la santificación. No presuma de la obra de Cristo en usted al menos que pueda mostrarnos el trabajo del Espíritu en usted.

3. Tratemos de mantener a la vista este texto más continuamente: “busque la santidad, sin la cual ningún hombre verá a Dios”.

4. Si decimos con Pablo “¡Miserable de mí!”, seamos capaces de decir conjuntamente con él: “prosigo a la meta”. No lo citemos como ejemplo en una cosa mientras en otra no lo seguimos (Rom. 7:24, Fil 3:14).

5. No puedo leer la Biblia sin desear ver a muchos creyentes en un estado más espiritual, más santo, más enfocados, con sus mentes más puestas en el cielo, con un más corazón entero de lo que son hoy en el Siglo XIX.

6. Quiero ver entre los creyentes más del espíritu peregrino, una separación más marcada del mundo, una conversación más celestial, un caminar más cercano a Dios.

7. ¿Quiere alcanzar santidad? ¿Siente usted que hoy un deseo real de corazón de ser santo? ¿Querría ser un participante de la naturaleza divina? Entonces busque a Cristo. No espere por nada. No espere por nadie. No se entretenga. No espere a estar listo. Vaya y dígaselo a Él.

8. Aquel que entienda la naturaleza de la verdadera santidad debe saber que el cristiano es “un hombre de guerra”. Si somos santos, debemos pelear.

9. El verdadero cristianismo es una batalla.

10. Hay miles de hombres y mujeres que van a las iglesias cada domingo y se llaman a sí mismos cristianos: hacen “profesión” de fe en Cristo, sus nombres están en los registros bautismales, son contados como cristianos mientras viven, hicieron sus votos matrimoniales en un servicio cristiano, ¡al morir recibirán un funeral cristiano y, sin embargo, nunca tuvieron ninguna “pelea” por su religión! Ellos no saben nada en absoluto de luchas espirituales, esfuerzo, conflictos, abnegación, vigilias y enfrentamientos. Ese tipo de cristianismo puede satisfacer a un hombre y aquellos que digan algo en su contra pueden ser calificados de fríos y poco caritativos, pero ciertamente no es el tipo de cristianismo del cual Biblia habla. ¡No es la religión que el Señor Jesús fundó y de la cual sus apóstoles predicaron! No es la religión que produce santidad real. El verdadero cristianismo es “una pelea”.

11. Un verdadero cristiano es llamado a ser un soldado y debe comportarse como tal desde el día de su conversión hasta el día de su muerte.

12. La causa del pecado no tiene mayor ayuda como cuando los cristianos pierden su Fortaleza en discusiones unos con otros y pasan su tiempo en pequeñas riñas.

13. Aún después de la conversión, un hombre porta consigo mismo una naturaleza inclinada a la maldad, y un corazón débil e inestable como el agua. Ese corazón nunca estará libre de la imperfección en este mundo y es un engaño miserable esperar por lo contrario.

14. El amor por las cosas mundanas, el miedo de que el mundo se ría o nos culpe, el deseo secreto de mantenerse en el mundo, el secreto deseo de hacer como los otros del mundo hacen y no estar en los extremos, todas estas son batallas que acosan continuamente al cristiano en su camino al cielo y deben ser conquistadas.

15. Donde hay gracia habrá conflicto. El creyente es un soldado. No hay santidad sin batalla. Las almas salvadas siempre tendrán luchas.

Todas las notas han sido tomadas del Libro “Santidad” de J.C. Ryle (versión digital), puedes descargar el libro gratis en este enlace.

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*John Charles Ryle fue un obispo evangélico anglicano inglés. Fue el primer obispo anglicano de Liverpool y uno de los líderes evangélicos más importantes de su tiempo.


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