Por: Paul Washer.
Una de las verdades acerca de Dios que más infunde asombro y humildad es que Él es absolutamente libre de toda necesidad o dependencia. Su existencia, el cumplimiento de su voluntad y su felicidad o beneplácito no dependen de ninguna persona o cosa fuera de sí mismo.
Él es el único ser que es verdaderamente autoexistente, autónomo, autosuficiente, independiente y libre. Todos los demás seres vivos reciben su vida y bienestar de Dios, pero todo lo que Él necesita para existir en perfecta felicidad se encuentra en sí mismo. Dios no tiene carencia ni necesidad y no depende de nadie. Enseñar o siquiera sugerir que Dios hizo al hombre porque se sentía solo o incompleto es una grave contradicción a las Escrituras.
Dios no creó el universo ni al hombre porque tuviera una necesidad sino porque Él quiso dar a conocer la superabundancia de sus perfecciones, gloria y bondad.
Fragmentos extraídos del Libro “Conociendo al Dios vivo” pág. 59, puede descargarlo gratis en ESTE ENLACE.