Por: Paul Washer.
¿Puede un Dios todo suficiente y todopoderoso sufrir o experimentar angustia? Aunque debemos afirmar que el Dios de las Escrituras es autodeterminado (i.e. su disposición y sus acciones no son gobernadas por la disposición y las acciones de otros) e inmutable en Sus perfecciones (i.e. Él no cambia), debemos igualmente sostener la verdad de que Él no es apático o insensible ante la respuesta de sus criaturas hacia Él. Dios verdaderamente siente, ama, odia, se angustia, y es capaz de tener relaciones personales.
Cuando las Escrituras hablan de la angustia de Dios, siempre es en el contexto del pecado del hombre. Dios siente angustia por el pecado y la rebelión de sus criaturas. Este pesar es el resultado de la ofensa del pecado hacia Su santa persona y de la destrucción, miseria y pérdida que trae sobre Su creación.
Ver Génesis 6:6, Salmo 78:40, Isaías 63:10, Ezequiel 6:9, Efesios 4:30
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