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Por: George Whitefield

Este artículo forma parte de la serie: 365 días con George Whitefield

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, asi como prospera tu alma. 3 Juan 2

Juan, el autor de esta epístola, tuvo el honor de reclinarse en el regazo de Cristo y de ser llamado, de forma enfática, el discípulo «al cual Jesús amaba», el mismo discípulo – lo cual no deja de ser extraordinario, a pesar de que fuera uno de los que el Señor mismo nombró hijos del trueno (Marcos 3:17) – que, tal como observa el obispo Hall, se transformó tan repentinamente en un hijo del rayo que habría invocado fuego del cielo para consumir a los enemigos de su Señor.

En consecuencia, aunque su carácter natural era ardiente, el cambio en su corazón fue tan llamativo que, si hubiéramos de juzgarlo por sus escritos, diríamos que está tan lleno de amor o más que cualquiera de los demás apóstoles. Aprendió la piedad y la benevolencia del Padre de las misericordias.

Y, a fin de mostrar cómo se debe cultivar la amistad cristiana, no solo escribió cartas a las iglesias en general, aun a aquellas a las que no conocía personalmente, sino también cartas privadas a santos específicos, amigos a los que estaba unido, y amigos muy prósperos, a quien Dios había llamado por medio de su Espíritu para que ayudaran a los afligidos.

Sería de gran provecho para nosotros si pudiéramos aprender de la sencillez de corazón que desprenden estas palabras en concreto. Sería de gran provecho que aprendiéramos la regla de no escribir jamás una carta sin que Jesucristo esté presente en ella. Porque, tal como observa Matthew Henry, si debemos responder de las palabras ociosas, mucho más habremos de hacerlo de las cartas ociosas. Y, si Dios nos ha dado plumas, especialmente si nos ha dado la «pluma de escribiente muy ligero»>, nos será de provecho que mejoremos nuestra correspondencia para su gloria y el beneficio mutuo.

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*George Whitefield(1714 – 1770)Ministro de la Iglesia de Inglaterra, evangelista en el Gran Despertar, uno de los fundadores del metodismo, nacido en Gloucester, Inglaterra. Lea más de su biografía en este enlace. 

Tomado de «365 días con George Whitefield«, lecturas seleccionadas y editadas por Randall J. Pederson, puedes adquirirlo en este enlace.  Foto de Markus Spiske en Unsplash



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