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Por: Paul D. Tripp.
Considera el siguiente escenario: estás en la fase inicial de una conversación con un amigo y escuchas su versión de la historia. Lo amas y quieres ayudarlo, y crees que tienes un consejo bíblico que ofrecerle.
Pero no mucho después, descubres detalles esenciales que se omitieron y ves el panorama más amplio. Ahora, miras hacia atrás a tu respuesta inicial y piensas que te hubiera gustado conocer más la situación antes de hacer tu comentario.
Debido a que he escrito un libro sobre matrimonio, constantemente mi ministerio recibe preguntas de parejas que están enfrentando dificultades o que están en medio de un desacuerdo. Me encanta recibir estas peticiones de ayuda porque creo que el Evangelio, la única sabiduría que tengo, está a la altura.
Sin embargo, hay un problema importante en estas preguntas y en mi capacidad de responderlas: no sé básicamente nada sobre los detalles que hay detrás de los problemas que me presentan.
(Si estuviera en un ambiente de consejería con un esposo y una esposa y ya con varias sesiones, podría hacer una secuencia de preguntas de investigación para descubrir más sobre las circunstancias).
Esto hizo que fuera un desafío escribir un capítulo adicional de preguntas y respuestas en Marriage: 6 Gospel Commitments Every Couple Needs to Make [Matrimonio: seis compromisos del evangelio que cada pareja debe hacer]. Entonces, en lugar de intentar entregar consejos específicos sin la información de trasfondo necesaria, decidí responder: «¿Cómo el Evangelio de Jesucristo nos da una perspectiva general de los problemas matrimoniales más recurrentes?».
Este es un dilema común que todo matrimonio ha enfrentado: ¡desacuerdos sobre el dinero!
Es habitual que las parejas tengan peleas sobre el dinero. Uno de los temas que la Biblia más aborda es nuestro dinero, porque Dios diseñó que viviéramos en un mundo donde el dinero es esencial. Dado que el dinero amenaza e invade casi todas las áreas de nuestras vidas, habrá momentos en los que, como pareja, no estén de acuerdo sobre el uso del dinero.
Sin embargo, estoy profundamente convencido de que las discusiones sobre el dinero casi nunca son un tema matemático o de presupuesto. Tienen que ver con cómo ves a tu cónyuge y cómo ves el diseño de Dios para el dinero.
Primero, tu cónyuge. El objetivo de Dios en el matrimonio no es la uniformidad; su objetivo es la unidad. La uniformidad es tener pocas o ninguna diferencia, pero la unidad es lo que ustedes hacen frente a la diferencia.
El hermoso diseño de Dios fue ponerme junto a mi cónyuge, que es diferente a mí y que no ve el dinero de la manera en que yo lo veo, a fin de hacerme madurar y depender de Él.
Cuando lidias con las diferencias sobre el dinero en tu matrimonio, debes tratar a tu cónyuge con aprecio y gracia. No lo menosprecies porque ellos consideran una decisión monetaria de manera diferente a como tú la ves.
No puede ser la manera del esposo contra la manera de la esposa según el que tenga más poder, pues eso puede sacar las mejores armas para ganar la batalla, y eso no es unidad.
Segundo, ¿qué quiere Dios para nosotros a medida que nos unimos en el uso del dinero? En una palabra: ¡generosidad! (Hay tantísimo más que puedo decir, pero no tengo el espacio para ello en este devocional).
Estoy preocupado de que la típica discusión sobre dinero en el matrimonio cristiano gire en torno a la eliminación de la deuda, a la estabilidad económica para la jubilación y a la clasificación matemática del diezmo. Nada de esto es incorrecto y todos son útiles de alguna forma, pero todo este plan carece de las consideraciones más amplias de nuestro llamado: vivir en la tierra como embajadores generosos y amorosos de Dios.
Cuando un esposo y una esposa se entusiasman con la generosidad, experimentarán una unidad en su matrimonio que nunca antes habían tenido.
Apreciación. Unidad. Generosidad. Así es cómo comienzan a resolver sus problemas de dinero en el matrimonio.
Dios los bendiga.
P.D.: en mi capítulo adicional, «Pregúntale a Paul Tripp sobre matrimonio», se incluyen quince otras respuestas. Un capítulo nuevo en Marriage: 6 Gospel Commitments Every Couple Needs to Make [Matrimonio: seis compromisos del evangelio que cada pareja debe hacer].
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
- ¿Te ves como un consejero? Si no, piensa cuántas veces al día compartes opiniones o reacciones con otros. ¿Qué impacto podrían tener estas palabras no intencionadas en quien las escucha?
- ¿Cómo la Palabra de Dios te ha dado sabiduría para animar a otros? ¿A quién ha puesto Dios en tu vida para que puedas ofrecerle verdad?
- ¿Hablas demasiado o respondes muy rápido? Piensa cómo puedes hacer mejores preguntas, toma tiempo para orar antes de responder y conviértete en un mejor oyente. Sé específico en tu reflexión.
- ¿Cuál fue (o actualmente es) la última discusión sobre dinero que tuviste con tu cónyuge? ¿Qué provocó el problema? Anda más allá de los hechos superficiales y considera la raíz más profunda del desacuerdo. ¿Qué expuso esto sobre tu corazón?
- ¿Cómo la crianza, la educación y los valores culturales influyeron en tu visión sobre el dinero? ¿En qué difiere con la de tu cónyuge? ¿Cómo es su perspectiva un equilibrio hermoso y ordenado por Dios para tu trasfondo?
- ¿De qué maneras tu cónyuge y tú pueden unirse al usar la generosidad en los días, semanas y meses que vienen? ¿Cómo puedes encarnar la generosidad de Cristo con tus finanzas y cómo esta generosidad puede darnos oportunidades prácticas para compartir el Evangelio?
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