Por: Gary Chapman.
No hay ni un solo justo, ni siquiera uno. Nadie es realmente sabio, nadie busca a Dios. Todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo. ROMANOS 3:10-12
¿Se ha preguntado alguna vez por qué no podemos simplemente olvidar el pasado y seguir adelante? Por lo general es porque no nos hemos ocupado adecuadamente del pasado. Las palabras ásperas y las actitudes egoístas pudieron haber dejado huellas en la relación.
Sin embargo, la sanación es posible y comienza con la identificación de las faltas cometidas a fin de que podamos confesarlas y pedir perdón. La muralla que se ha levantado entre usted y su cónyuge debe ser demolida ladrillo por ladrillo. El primer paso es identificar cada ladrillo.
¿Qué le parece pedirle a Dios que traiga a su mente las ocasiones en las que usted le falló a su cónyuge? Tome un lápiz y anótelas. Luego pídale a su cónyuge que haga una lista de la forma en que piensa que usted le falló en el pasado. Quizás también pueda pedirles a sus hijos o a sus padres que le comenten situaciones en las que observaron que usted se expresó duramente o se mostró descortés con su cónyuge. Al hacer su lista, es posible que descubra que el muro de faltas del pasado es alto y voluminoso. No se desanime. La Biblia dice claramente que todos han pecado contra Dios y contra otros. Identificar y reconocer las faltas es el primer paso para comenzar a “demoler la pared.”
Señor Dios, tú conoces todos mis pecados del pasado. Te he fallado a ti y a los que amo. Por favor trae esas faltas a mi mente para que pueda ocuparme de ellas.
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*Gary Chapman, Está casado con Karolyn J.Chapman y tiene dos hijos adultos. Se licenció en el Moody Bible Institute en artes, y tiene una licenciatura en antropología por la Wheaton College.
[…] Ayer hablamos sobre identificar las faltas del pasado en su relación. Hoy quiero hablar acerca de confesar las faltas. Usted y su cónyuge saben que hay una pared entre ambos. Entonces, ¿por qué no demolerla? […]