Por: Thomas Boston.
Este artículo forma parte de la serie: ¿Soy realmente cristiano?
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 1 Juan 2:15.
Duda: “A veces siento que mi amor por las cosas de este mundo es más grande que mi amor por Dios. ¿Cómo entonces puedo llamarlo Padre? De hecho, a veces parece que los afectos que sentía por Dios han desaparecido. Me temo que todo el amor que he tenido por el Señor ha sido tan breve y momentáneo. Me temo que soy un hipócrita”.
Respuesta: No se puede negar que un amor preponderante por el mundo es una marca segura de un hombre no salvo. “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Jn. 2:15). Sin embargo, los afectos más activos no siempre son los más fuertes. Un riachuelo a veces hace más ruido que un río caudaloso. La fuerza de nuestros afectos sólo puede medirse por la firmeza y constancia de la raíz.
Supongamos que una persona se encuentra con un amigo que ha estado fuera del país. No ha visto a este amigo durante mucho tiempo. La expresión de su afecto por ese amigo podría, por el momento, ser más fuerte que sus sentimientos por su esposa e hijos. ¿Concluimos que él ama a su amigo más que ellos? ¡Ciertamente no! Aun así, aunque un cristiano pueda, por el momento, estar movido de amor por algo en este mundo, no significa que lo ame más que a Dios. El amor de Dios siempre está más firmemente arraigado en el corazón de un creyente que cualquier diversión mundana. Si siempre hay una competencia entre el amor a Dios y el amor al mundo, uno de los amores ganará (Mat. 6:24). ¿Quieres entender tu estado espiritual? Mira dentro de tu propio corazón y coloca los dos amores en una balanza. Vea cuál supera al otro. Pregúntate ante Dios si te separarías de Cristo por alguien o algo en este mundo.
Si respondiste honestamente que a Su orden desecharías lo que es más querido para ti en el mundo por Cristo, entonces no tienes razón para pensar que amas al mundo más que a Dios. Por otro lado, si amas a alguien o algo en el mundo más que a Dios, entonces no eres creyente.
RELACIONADO: Si soy cristiano, ¿por qué sigo luchando con el pecado”?
*Thomas Boston «el Viejo», teólogo escocés, nació en Dunse, Berwickshire, el 17 de marzo de 1677 y murió en Ettrick, Selkirkshire, el 20 de mayo de 1732.
[…] [Continuación del devocional anterior]: Considera los dos textos siguientes: “El que ama a padre o madre más que a Mí, no es digno de Mí; el que ama a hijo o hija más que a Mí, no es digno de Mí” (Mt. 10:37). “Si alguno viene a Mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser Mi discípulo” (Luc. 14:26). De estos textos podemos inferir que quien no está dispuesto a separarse, ni siquiera de su padre y de su madre, por causa del Señor, los ama más que a Él. Además, considere que hay dos clases de amor por Cristo: […]