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Por: Miguel Núñez

Este artículo forma parte de la serie «95 tesis para la iglesia de hoy» del Pastor Miguel Núñez

Basada en Hechos 20:26-27

En nuestros días es muy común escuchar a un predicador ir de una porción de la Palabra a otra porción de la Palabra y luego a otra porción de la Palabra, siempre buscando aquellos pasajes que bendicen a la congregación, pero evitando de manera intencional aquellos pasajes que confrontan el pecado en el corazón de la misma congregación.

No ayudamos a los discípulos de Cristo a crecer ni a madurar a Su imagen cuando nunca los confrontamos con aquellos pasajes revelados por Dios justamente para limpiar la mente y el corazón de aquellos por quienes Su Hijo murió. Predicador, te invito a poner atención a las palabras del apóstol Pablo cuando hablaba con los ancianos de la iglesia de Éfeso en Mileto y les decía: “Por tanto, os doy testimonio en este día de que soy inocente de la sangre de todos, pues no rehuí declarar a vosotros todo el propósito de Dios” (Hechos 20:26-27). Nota cómo el apóstol Pablo se sentía completamente inocente al no haber evitado ningún pasaje difícil de la Palabra de Dios.

Presta atención a Su revelación. En ella está el poder de transformación de tu congregación. En ella está el poder de transformación del Dios a quien pertenecemos todos nosotros. Predica, pero predica todo el consejo de Dios.

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*Miguel NúñezEs miembro del concilio de Coalición por el Evangelio. Es el pastor de predicación y visión de la Iglesia Bautista Internacional, y presidente de Ministerios Integridad y Sabiduría. El Dr. Núñez y su ministerio es responsable de las conferencias Por Su Causa, que procuran atraer a los latinoamericanos a las verdades del cristianismo histórico. Puede encontrarlo en Twitter.


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