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Por: A. W. Tozer

Este artículo forma parte de la serie «Encuentros con el Dios Todopoderoso»

Abram creyó al SEÑOR, y el SEÑOR se lo reconoció como justicia. GÉNESIS 15:6

Creo que los encuentros de Abraham con el Dios vivo hace casi cuatro mil años dejan a los hombres y mujeres modernos sin excusa. Abraham representa a cada creyente. Su fe ansiosa y dispuesta se convierte en la condena de todo cristiano.

Por otro lado, su comunión con Dios se transforma en el estímulo de cada creyente. Si hay un deseo en tu corazón de recibir más bendiciones de Dios en tu vida, dirige tu atención a los detalles de los encuentros de Abraham con Dios. Te encontrarás de nuevo en el centro, en el corazón palpitante de la religión viva […]

Recuerda, también, que en ese momento de la historia, casi dos mil años antes de la venida de Jesucristo a nuestro mundo, Abraham no tenía Biblia ni himnario. No tenía iglesia ni tradiciones religiosas piadosas que lo guiaran. No podía acudir a un ministro ni a un evangelista en busca de ayuda espiritual. Abraham solo tenía su propio corazón vacío y hambriento. ¡Eso y la manifestación del Dios que se les revela a los hombres y mujeres que desean encontrarlo y conocerlo!

Al igual que Abraham, Señor, vengo a ti hoy con un corazón vacío y hambriento, listo para escuchar tu voz. Amén.

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