Por: John MacArthur
Este artículo forma parte de la serie de devocionales «Fortaleza para hoy»
«Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre». HEBREOS13:5-6
Su relación con Dios le permite disfrutar de satisfacción genuina.
En vista de la lección anterior, usted puede que pregunte: «¿Pero cómo puedo disfrutar y estar satisfecho con lo que tengo?». Puede comenzar dándose cuenta de la bondad de Dios y creyendo que Él cuidará de usted, ya que es uno de sus hijos. Puede reclamar de nuevo la promesa que está en Romanos 8: «Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (v. 28).
Segundo, usted debe percatarse realmente de que Dios es omnisciente: Él conoce todas las cosas y todas sus necesidades particulares. Él conoce sus necesidades individuales mucho antes que usted, incluso antes que usted ore por ellas. Jesús afirma: «Vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas» (Lucas 12:30).
Además, usted puede disfrutar el contentamiento recordando que lo que quiere o necesita es una cosa y lo que se merece es otra. El patriarca Jacob confesó: «Menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo» (Génesis 32:10). Su contentamiento será mayor aun si considera que el favor o bendición más pequeño de Dios para usted es más de lo que merece.
En definitiva, sin embargo, el verdadero contentamiento será suyo si tiene una comunión vital con Dios a través de Jesucristo. Entonces, como pasaba con el apóstol Pablo, las cosas temporales no importarán mucho: «Ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo» (Filipenses 3:8).
___ Sugerencias para la oración: Dios puede o no otorgarle una nueva bendición hoy o esta semana. En cualquier caso, ore para que eso le contente. Para un estudio más profundo: ¿Qué dicen los siguientes versículos de Eclesiastés —2:24; 3:12-13; y 8:15— sobre el contentamiento?
¿Qué dice el Salmo 37:7 acerca de nuestra actitud cotidiana?
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