Por: Sugel Michelén.
Si bien no queremos caer en la trampa de añadir leyes a la Biblia, en un tema como el de la modestia en el vestir es apropiado dar algunas recomendaciones particulares que puedan ayudar a una mujer cristiana que realmente quiere agradar en Dios con su vestimenta, pero que tal vez tenga dudas en cuanto a ciertos detalles.
Por tal razón, luego de haber publicado los dos artículos anteriores titulados “¿Cómo debe vestirse una mujer cristiana?”, y “¿Qué pasó con el pudor y la modestia?”, ahora vuelvo a publicar esta revisión de modestia que publiqué hace un tiempo, escrita por Carolyn Mahaney, Nicole Whitacre, Kristin Chesemore y Janelle Mahaney. Recalco que estas recomendaciones no son mías, sino de un grupo de hermanas que, tomando en serio Tito 2, desean compartir con otras mujeres algunas consideraciones de prudencia al respecto.
Aunque debo hacer hincapié en el hecho de que este es un problema que comienza en el corazón, como bien señala John MacArthur:
“¿Cómo discierne una mujer a veces la línea estrecha entre vestido apropiado y vestirse para ser el centro de atención? La respuesta comienza en la intención del corazón. Una mujer debe examinar los motivos y metas de la manera como se viste. ¿Es su motivación mostrar la gracia y la belleza de su condición de mujer? ¿Es revelar un corazón humilde y dedicado a alabar a Dios? ¿O es llamar la atención sobre sí misma y exhibir su belleza? ¿O aun peor, para tratar de seducir a los hombres sexualmente? Una mujer que está enfocada en la adoración a Dios considerará cuidadosamente cómo está vestida, porque su corazón va a dictar su closet y su apariencia.”
Para aquellas creyentes que realmente están preocupadas por agradar a Dios en su forma de vestir, les ruego consideren en oración esta revisión de modestia. Sugiero también que los esposos las lean para que puedan ayudar a sus esposas en esto. De igual manera, sugiero que la compartan con sus hijas.
Revisemos primero el corazón:
¿Qué dice mi ropa acerca de mi corazón?
Al elegir la ropa que me voy a poner hoy, ¿la atención y la aprobación de quién estoy buscando? ¿Estoy buscando agradar a Dios o impresionar a los demás?
¿Es lo que yo me pongo consistente con los valores bíblicos de la modestia, el dominio propio y el atuendo respetable, o revela una excesiva identificación y fascinación con valores culturales pecaminosos.
¿Con quién me quiero identificar a través de mi vestimenta? ¿Es la palabra de Dios mi estándar o lo es la última moda?
¿He solicitado la evaluación de personas santas en lo concerniente a mi vestimenta?
¿Revela mi vestido una relación con el evangelio, o hay alguna contradicción entre mi profesión de fe y mi práctica de la santidad? Así que, estoy lista para salir de mi casa, pero todavía debo hacer una revisión de mi modestia. ¿Cuáles son algunas de las cosas que debo buscar mientras me paro enfrente de mi espejo?
Comenzando por arriba…
Cuando me pongo una camisa holgada o con cuello bajito, ¿puedo ver algo cuando me inclino hacia adelante? Si es así, debo recordar poner mi mano en mi cuello cuando me incline.
Una palabra acerca de las correas de la cartera: ¿Cómo puede ser un asunto de modestia una cartera? Cuando te la pones con la correa por el pecho. No importa cuál camisa tengas, esto acentúa tu pecho y crea una tentación para los hombres.
Si tengo puesta una camisa con botones, debo voltearme y moverme para ver si hay algún espacio que deje ver mi pecho. Si los hay, debo tomar mi alfiler y cerrar los espacios entre cada botón.
Debo hacer esta misma revisión si me pongo una camisa sin mangas. Cuando me muevo, ¿puedo ver mi brasier? Si la respuesta es sí, ¡necesito usar los alfileres de nuevo!
¿Estoy usando una camisa de tiritos, una blusa con los hombros afuera, o una camisa transparente? Ni siquiera los alfileres arreglarán este problema. A la mayoría de los hombres estas camisas los desayudan. Es tiempo de volver al ropero.
¿Puedo ver la arandela o el cocido de mi brasier a través de mi camisa? En este caso los brasieres sin costura son una mejor opción.
Un último chequeo de mi camisa: ¿Revela alguna parte de mi busto? ¿Se ve mi estómago cuando levanto mis manos sobre mi cabeza? ¿Es mi camisa demasiado apretada? Si la respuesta es “sí” a cualquiera de estas preguntas, necesito cambiarme de ropa.
¿Estoy enseñando mi estómago o mi ropa interior cuando me inclino o levanto las manos? Si es así, ¿es porque mi falda o mis pantalones están muy bajitos? Mi camisa necesita ser más larga o necesito encontrar una falda o pantalones que queden más altos.
También debo voltearme y mirar si lo que tengo puesto está muy apretado alrededor de mis nalgas o si se ve la línea de mi ropa interior. Si es así, ¡sé lo que debo hacer!
Con los pantalones cortos – no puedo chequearlos sólo cuando estoy parada. Necesito ver cuánto revelan cuando me siento. Si se ve mucha pierna, necesito un par más largo.
El chequeo sentada también se aplica a mi falda o a mi vestido. Y debo recordar mantener mi falda halada hacia abajo y mis rodillas juntas cuando estoy sentada.
Hablando de faldas, ¡cuidado con esos abiertos! ¿Revelan demasiado cuando camino? Los alfileres también nos pueden ayudar aquí.
Antes de salir, debo darle a mi falda un “chequeo de sol.” ¿Es transparente? Si es así, necesito un medio fondo.
No te olvides – todo esto también aplica a la ropa formal.
© Por Sugel Michelén. Todo Pensamiento Cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia. Foto de Keagan Henman en Unsplash
Excelente enseñanza!!