Un cristiano entrado en años cierta vez objetó el plan de John Paton* para ir como misionero a las islas del mar de Sur con estas palabras:
“¡Serás comido por caníbales!”
Paton respondió: “Señor Dickson, usted está ahora avanzado en años, y su propia perspectiva es estar pronto descansando en la tumba, allí usted será comido por gusanos. Le confieso que si puede tan solo vivir y morir sirviendo y honrando al Señor Jesús, no habrá diferencia para mí si soy comido por caníbales o gusanos; y en el gran día de la resurrección, mi cuerpo resucitado se levantará tan hermoso como el suyo en la semejanza de nuestro resucitado redentor.”
Cuando el mundo vea a millones de cristianos “jubilados” derramando sus últimas gotas de amor, con gozo, por el bienestar de los no evangelizados y con una perspectiva hacia el cielo, entonces, la supremacía de Dios brillará.
El Señor no brilla con tanto esplendor en la elegancia, ocio de los condominios empapados de lujo y cómodamente ubicados a las afueras de nuestras ciudades.
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Tomado de «Alégrense las Naciones de John Piper».
*Jhon Gibson Paton evangelizó tribus de remotas islas del Pacífico Sur conocidas como Nuevas Hébridas, al este de Australia y Nueva Zelanda. En pleno Siglo XIX, cuando el canibalismo y el oscurantismo imperaban, llevó la Palabra del Señor a poblaciones paganas.
