Por: Elizabeth George
Este artículo forma parte de la serie «Una madre conforme al corazón de Dios»
Una mujer excelente
Quiero animarte hoy con algunas reflexiones de la Palabra de Dios. La primera, que Dios te conoce y te ama. Jeremías 1:5 dice: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido”. Dios te ama, amiga mía y también madre en la trinchera. Su Hijo murió por tus pecados. Dios te ha aceptado. En Cristo eres completa.
Efesios 1:3 dice: “Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo”. Y ante todo, ¡recuerda, madre, que eres una obra inacabada y que un día serás perfecta! Filipenses 1:6 dice: “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús”. Cuando pongas en duda tu valor o tu propósito, busca consuelo en las promesas de Dios que se han cumplido en Cristo para ti.
Padre, me emociona saber que conoces cada parte de mí. ¡Tú me conoces antes que mis padres! Cuando me preocupo por mis hijos o acerca de mi desempeño como madre, puedo descansar al saber que soy una obra en progreso. Soy tu obra inacabada.
ARTÍCULO DE INTERÉS → Permite que esta verdad penetre en tu corazón
Foto de Kirill Balobanov en Unsplash