No olvides compartir con tus amigos ....

Por: Miguel Núñez.

Este artículo forma parte de fragmentos del libro «Hasta que ruja el León«

El llamado a tomar toda la armadura de Dios continúa en Efesios 6 de la siguiente manera: “. . . calzados LOS PIES CON LA PREPARACIÓN PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO DE LA PAZ ” (Ef. 6:15).

La tercera pieza de la armadura es el calzado que cubre los pies del soldado. En el caso de la armadura de Dios, ese calzado es el evangelio de la paz, es decir, las Buenas Nuevas de salvación en Cristo Jesús, por quien los creyentes estamos en paz con Dios. Esta es una pieza clave porque todas las enseñanzas de la doctrina
cristiana se derivan del evangelio. De manera que, es imposible estar firmes en medio de la guerra espiritual si de alguna manera estamos comprometiendo el evangelio de Cristo.

El apóstol Pablo entendió la importancia y el poder del evangelio, de ahí que siempre estuvo dispuesto y preparado para anunciar el evangelio de la paz sin importar el costo ni las consecuencias, que en su caso incluyeron naufragios, persecución, azotes y cadenas.

Observe a continuación el aprecio que Pablo tenía por el evangelio de Cristo: “Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primeramente y también del griego.  Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ ”. (Ro 1:16-17, énfasis añadido)

Existen diferentes formas en las que un creyente puede avergonzarse del evangelio, pero la más frecuente es no identificarnos como cristianos por temor a lo que los demás puedan pensar de nosotros. A veces no hablamos de nuestra fe con nuestros amigos y compañeros de trabajo porque no queremos ofenderlos con las verdades del evangelio. Mientras que otras veces nos intimidamos y no nos identificamos como cristianos en nuestro círculo social porque no queremos que los demás piensen que somos poco  sofisticados porque creemos en lo que muchos hoy en día consideran como cuentos de hadas.

Asimismo, cuando el deseo de encajar lleva al creyente a comportarse de una manera dentro de la iglesia y de otra muy distinta cuando está fuera de ella, esa dualidad de vida es evidencia de que esa persona se avergüenza del evangelio.

En fin, avergonzarse del evangelio implica no estar presto a proclamar y defender el evangelio, lo cual conlleva a una falta de firmeza porque la firmeza del creyente radica precisamente en el glorioso mensaje del evangelio: que Cristo Jesús nos reconcilió con Dios por medio de Su sacrificio en la cruz, y Él ahora pelea de nuestro lado en la guerra espiritual que libramos contra el reino de las tinieblas. Si comprometemos el evangelio, si   menospreciamos esta pieza clave de la armadura de Dios,
seremos fácilmente engañados por las mentiras de Satanás y caeremos abatidos en el campo de batalla.

RELACIONADO → 11 cosas que debes saber acerca de la guerra espiritual. – Miguel Núñez

Fragmentos tomados del libro “Hasta que ruja el León” del pastor Miguel NúñezFoto de Norbert Kundrak en Unsplash


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *