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Por: Katie Laitkep*

«Para mí, es personal».

Así fue como comenzó el mensaje de Joni Eareckson Tada en las conferencias de True Woman ‘22 en septiembre. Si conoces su testimonio, sabrás que, cuando era adolescente, se tiró en clavado de forma peligrosa, lo que le cambió la vida para siempre. Cuando los médicos le dijeron que siempre estaría paralizada, ella dejó de ver el sentido de la vida. 

«Como era incapaz de sostener las navajas de afeitar o empujar las pastillas por la garganta, sabía que no podía acabar con mi vida físicamente, así que estaba tentada a acabar con mi vida emocionalmente, mentalmente, espiritualmente. Quería simplemente tumbarme en la cama, decirle a mi madre que apagara las luces y cerrará la puerta. Finalmente, en la oscuridad detrás de esa puerta cerrada, grité: “¡Dios, si no puedo morir, enséñame a vivir!”».

Y Él lo hizo.

El cielo gobierna en nuestro profundo dolor 

Para Joni, el Cielo gobierna no es el título de un libro. El Cielo gobierna no es una frase rebuscada ni una estrategia de marketing. Para Joni, el Cielo gobierna representa la verdad de la bondad y la soberanía de Dios tal y como la ha encontrado una y otra vez; en la desesperanza de un dormitorio oscuro, durante décadas de tetraplejía y en incontables días de dolor crónico. 

Para Joni, el Cielo gobierna es personal, y hay mucho en juego. Joni sabe de primera mano lo que es que el dolor la consuma, al igual que las llamas amenazaron con consumir a Sadrac, Mesac y Abednego en ese horno de fuego en el libro de Daniel. Por eso la sala se silenció cuando apareció el video de Joni en la pantalla de True Woman ’22, y por eso ponemos atención cada vez que ella nos comparte cómo podemos confiar en las promesas de Dios en el dolor más profundo, porque también es personal para nosotras. 

Es posible que estés leyendo estas palabras desde una situación que también te hace querer cerrar la puerta de tu habitación y decirle a tu dolor: «No puedo hacer esto. Estoy tan cansada de esto. No puedo vivir así». Pero Joni nos muestra otra forma de responder: 

«Me he entrenado para no hablar nunca de esa manera, y tú deberías hacer lo mismo. Es la forma en la que el diablo quiere que hables. Esas palabras están llenas de preocupación, miedo y ansiedad, y el miedo solo empeora las cosas. En lugar de eso, presento con calma ante el trono de Dios una promesa bíblica.

Podría ser 2 Corintios 4:8: “Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados” (NVI). Esa es una promesa poderosa porque el dolor puede presionarte con fuerza por todos lados, tentándote a pensar que estás a punto de ser quebrantada, como dijo el apóstol Pablo acerca de sus propias circunstancias. En 2 Corintios, el apóstol dijo que estaba bajo una gran presión, mucho más allá de su capacidad de soportar.

Estoy segura que te has sentido así, pero… Jesús murió para que el dolor nunca dañara mi alma, y por eso es que puedo llevar ese desagradable dolor ante el trono, pidiéndole a Jesús que me encuentre en él, que no deje que me aplaste.

El Hijo de Dios nunca deja de salir a mi encuentro, como salió al encuentro de Sadrac, Mesac y Abednego en aquel horno de fuego. ¿Qué me dice Jesús en ese lugar de agonía? Dice: “Joni . . . cuando pases por el fuego, no te vas a quemar, las llamas no te van a quemar; porque yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Cariño, yo te hice, y yo te llevaré. Yo te sostendré y te rescataré”.

El Cielo gobierna representa la verdad de la bondad y la soberanía de Dios.

Esas son las palabras exactas de Isaías 43 y 46. Esas son las palabras del que recibió la bala por mis pecados, así que ¿por qué no iba a confiar en Él en mi peor dolor? No hay nada más celestial que encontrar a Jesucristo en medio de mi sufrimientoPuede que no me libere de mi dolor, pero en él siempre encuentro a mi Redentor. Puede que no me cure, pero siempre encuentro una dulce comunión con mi Sanador. Puede que mi dolor no desaparezca, pero tengo Su valentía, y salgo mejor de ese horno de fuego porque soy la feliz receptora de Su glorioso intercambio».

Amén.

¿No te recuerda la vida de Joni a Hebreos 13:7? Ese pasaje nos ordena: «Acuérdense de sus guías que les hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de su conducta, imiten su fe» (NVI).

Joni y otras personas como ella no solo saben intelectualmente lo dura que puede ser la vida, sino que son la prueba viviente de que «las aflicciones pueden proporcionar un camino glorioso hacia la alegría genuina, la satisfacción profunda y una amistad más dulce e íntima con el Salvador que jamás hayas soñado».

El cielo gobierna el futuro 

Colleen Chao es otro precioso ejemplo de esta verdad. Es posible que hayas leído de su testimonio a través de nuestro blog. Mientras vive con un cáncer terminal, ella continúa apuntándonos a la esperanza que solo puede encontrarse en Cristo. 

En septiembre, el Señor en Su bondad, hizo posible que volviera al Centro de Convenciones de Indianápolis. Durante unos minutos, subió al escenario y compartió cómo Dios continúa sosteniéndola en medio de la etapa 4 del cáncer. Para Colleen, el Cielo gobierna es algo personal. 

«El Cielo gobierna» significa que este sufrimiento importa, importa infinitamente, porque aquí es donde encuentro más de Jesús. Aquí es donde voy a mayores profundidades de Su amor, y eso me da algo para derramar a los demás. También significa que este sufrimiento no tiene la última palabra. La tiene Dios. Él tiene la última palabra en esto. Y Él está transformando cada dolor, cada pena, cada pérdida, cada noche larga, cada noche de insomnio: lo está transformando en belleza.

Él es infinitamente mejor que una larga vida. 

Él es infinitamente mejor que un hermoso y saludable cuerpo. 

Él es infinitamente mejor que estar viva para ver crecer a mi hijo, mi alegría.

Él es infinitamente mejor que llegar a vivir una larga vida y envejecer con mi esposo

Estas son cosas que son tan preciosas para nosotras aquí, pero Él es mucho mejor, y yo estoy viviendo esa realidad».

¿Vives en esta realidad? Lo que es cierto para Joni y Colleen puede serlo también para ti. Que hoy experimentes la esperanza inquebrantable de la soberanía y la bondad de Dios, justo en esta época de dolor. Que este sea el lugar donde descubras que Él es infinitamente mejor, y que el Cielo gobierna

ARTÍCULO DE INTERÉS → ¿Cuál debe ser la actitud de un creyente hacia el sufrimiento? – John MacArthur

*Katie Laitkeptrabajaba como maestra en un hospital cuando Dios la llamó a unirse a Revive Our Hearts como escritora del personal. Su sitio web, apatientprocess.com, es un registro de la fidelidad del Señor en las enfermedades crónicas, porque incluso en el sufrimiento, Él es bueno.



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