Por: Miguel Núñez.
Este artículo forma parte de fragmentos del libro «Hasta que ruja el León«
Como mencionamos anteriormente, cada acción que tomamos, cada palabra que pronunciamos, por más natural y espontánea que pueda parecer, va precedida de un pensamiento (ver Pr 16:9). Esto es así porque la mente es el centro de operaciones del ser humano.
La mente dirige los pensamientos, las emociones, las decisiones y las acciones del hombre. De modo que, todo lo que experimentamos es generado y procesado de una u otra manera por nuestra mente. Por esta razón, el resguardo de la mente es vital en la guerra espiritual, pues si Satanás logra distraer nuestra mente de la verdad de Dios, somos hombre muerto.
Desde el huerto del Edén, el blanco de ataque de Satanás ha sido la mente del hombre. Cuando la serpiente se acercó a Eva, su estrategia fue involucrarla en una conversación con el propósito de distraer su mente de aquello que Dios había ordenado. De esa misma manera, hoy en día Satanás busca distraer nuestra mente por medio de ideologías y razonamientos mundanos con el fin de evitar que nos mantengamos enfocados en la dirección correcta y provocar así nuestra caída. De ahí la importancia que la Palabra de Dios otorga a la renovación de nuestra mente de forma tal que podamos pensar conforme a la verdad de Dios y no nos dejemos engañar por las mentiras de Satanás.
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Fragmentos tomados del libro “Hasta que ruja el León” del pastor Miguel Núñez. Foto de Norbert Kundrak en Unsplash