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Por: Elizabeth George

Este artículo forma parte de la serie «Una madre conforme al corazón de Dios»

Madre, tal vez no quieras oír esto, pero la Biblia te ordena dar gracias, incluso cuando no sientas deseos de hacerlo. Esto no es tarea sencilla, teniendo en cuenta lo que en general afronta una madre. Pero es lo que Dios te manda hacer como mujer de Dios.

Y algo maravilloso ocurre cuando obedeces este mandato. Tener un corazón agradecido es como exponer un diamante a la luz en un trasfondo oscuro. ¡Su brillo resalta! Yo necesito el gozo de Dios. Todos los días. Y lo necesito más que nunca cuando me  malinterpretan o sufro emocionalmente. Es asombroso descubrir que tú eres un sacrificio de alabanza, y que el obstáculo mismo para tu gozo se convierte en suelo fértil donde el gozo puede florecer. Deja que Dios consuele tu alma para que puedas experimentar la plenitud del gozo en Él. Elige gozarte hoy.

Dios, te doy gracias por mi vida, mi familia, mis hijos y mi fe. Cuando me percato de que solo pienso en las dificultades, ayúdame a elevar mi gratitud hacia tu luz, y que ella me cubra en tu resplandor.

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Foto de Sayo Garcia en Unsplash



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