Por: John MacArthur.
Este artículo forma parte de la serie de devocionales «Fortaleza para hoy»
«Permanezca el amor fraternal». HEBREOS13:1
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La principal norma moral del cristianismo es el amor, especialmente entre los creyentes.
El amor de los creyentes es algo que brota naturalmente de la vida cristiana y debe ser lo normal en la comunión dentro de la iglesia. Sin duda alguna, es posible que recuerde que después que fue salvo, se le hizo muy natural y emocionante amar a los otros cristianos y querer estar cerca de ellos. Sin embargo, tal actitud es extremadamente difícil de mantener. Este amor, que es un regalo del Espíritu de Dios, debe nutrirse o no crecerá; en realidad, hasta puede marchitarse.
Es por eso que el apóstol Pedro nos exhorta de la siguiente
manera: «Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre» (1 Pedro 1:22-23).
Pablo nos enseña el mismo concepto de cultivar y practicar el amor mutuo cuando escribe: «Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros; y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más» (1 Tesalonicenses 4:9-10).
Pablo también nos da la definición básica del amor fraternal, veamos lo que afirma: «Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros» (Romanos 12:10). En pocas palabras, el amor fraternal consiste en ocuparnos de nuestros hermanos cristianos más que de nosotros mismos. Y tal amor presupone que tendremos una actitud de humildad (Filipenses 2:3-4).
Así que el versículo de hoy en la Carta a los Hebreos simplemente apoya lo que Pablo y Pedro dijeron en otro lugar. La advertencia del escritor de que deberíamos dejar que el amor fraterno permanezca nos dice que este tipo de amor ya existe. Nuestro desafío hoy y cada día no es descubrir el amor mutuo, sino permitir que permanezca y que se incremente.
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Sugerencias para la oración: Pídale a Dios que le ayude a reavivar el amor que solía ser fuerte con un amigo cristiano, pero que ahora quizás no lo es.
Para un estudio más profundo: Lea 1 Samuel 18 al 20. ¿Qué tenía de especial el amor y la amistad entre David y Jonatán? ¿Cuál fue el resultado final de esa relación (ver especialmente 20:8-17)?
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