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Por: John MacArthur.

“Contended ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3).

Las Escrituras contienen todo lo que necesitas saber para vivir piadosamente.

Durante muchos años he observado con profunda preocupación cómo un número significativo de cristianos se han desviado de una teología reflexiva, bíblica y centrada en Dios a una que es cada vez más mística, no bíblica y centrada en el hombre. Uno de los indicadores más preocupantes de esta tendencia es la proliferación de revelaciones extrabíblicas que ciertas personas afirman haber recibido directamente de Dios.

Tales afirmaciones son alarmantes porque diluyen la singularidad y centralidad de la Biblia y hacen que la gente se apoye en la palabra del hombre en lugar de la de Dios. Implican que las Escrituras son insuficientes para la vida cristiana y que necesitamos revelación adicional para llenar el vacío.

Pero la Palabra de Dios contiene todo lo que necesitas saber para la vida espiritual y piadosa. Es inspirado y útil para enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia, a fin de que estéis plenamente equipados para toda buena obra (2 Timoteo 3:16). ¿Qué más es necesario?

Cuando el apóstol Juan murió, la revelación apostólica llegó a su fin. Pero ese legado escrito permanece como el estándar por el cual debemos probar cada maestro y enseñanza que dice ser de Dios (1 Tesalonicenses 5:21; 1 Juan 4:1). Si una enseñanza no se ajusta a las Escrituras, debe ser rechazada. Si se ajusta, no es una nueva revelación. En cualquier caso, la revelación adicional es innecesaria.

Dios hizo todo lo posible para registrar y preservar Su revelación, y la protege celosamente de cualquier tipo de corrupción. Desde Moisés, el primer receptor conocido de la revelación divina, hasta el apóstol Juan, el receptor final, Su encargo permaneció igual: «No añadiréis a la palabra que os mando, ni le quitaréis, para que la guardéis». «los mandamientos del Señor tu Dios que yo te ordeno» (Deut. 4:2; cf., Apoc. 22:18-19).

No te dejes llevar por supuestas nuevas revelaciones. Dedícate a lo que ya ha sido revelado.

Sugerencias para la oración: Pídele a Dios que proteja tu corazón de la confusión y te ayude a mantener tu atención firmemente fijada en Su Palabra.

Para estudio adicional: Según 2 Timoteo 4:1-4, ¿por qué debemos predicar y defender la Palabra de Dios?

LEA ADEMÁS → Hoy día no hay necesidad de nuevas revelaciones ni profecías – John MacArthur

De Drawing Near por John MacArthur Copyright © 1993. Usado con permiso de Crossway Books, una división de Good News Publishers, Wheaton, IL 60187, www.crossway.com. Foto de Aaron Burden en Unsplash



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