Por: Pamela L. Mcquade
Este artículo forma parte de la serie: «Las 100 principales mujeres de la Biblia«
Y buscaron una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita, y la trajeron al rey 1 Reyes 1:3
Abisag tenía una tarea poco usual: dar calor al viejo y enfermo rey David. Y no sólo cubriéndolo con mantas; se esperaba que la hermosa Abisag se metiera en la cama con el rey. Los sirvientes de David le dijeron: «Le dijeron, por tanto, sus siervos: Busquen para mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey y lo abrigue, y duerma a su lado, y entrará en calor mi señor el rey. Verso 2). ) Eso es exactamente lo que sucedió, a medida que Abisag “ministraba” a David de manera no sexual.
No tenemos registro bíblico de los sentimientos de Abisag hacia su tarea. Quizá a ella le agradase haber sido elegida como quien daba calor personalmente al gran rey. Quizá le resultase desagradable estar acostada en la cama con un moribundo viejo de setenta años. Posiblemente, sus sentimientos cambiasen de día en día.
Nuestros sentimientos hacia nuestras propias responsabilidades en el hogar, en la iglesia, en la oficina, en cualquier otro lugar pueden variar mucho. Pero cualquier cosa que hayamos sido llamadas a hacer, deberíamos hacerla con lo mejor de nuestra capacidad. Como escribió el apóstol Pablo a la iglesia en Corinto: «Ahora bien, a los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza» (1 Corintios 4:2).
Sea un trabajo de ensueño o una pesadilla, debes saber que Dios te ha llamado a este particular momento y lugar. Haz lo mejor; y si es apropiado, ora por la oportunidad de cambiar.
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Tomado de De Las 100 principales mujeres de la Biblia”, publicado por Casa Promesa. Usado con permiso. La foto de portada es referencial
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