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Por: John MacArthur

Este artículo forma parte de la serie «Amor al dinero y las riquezas«

Mantenga el tesoro seguro «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan». MATEO 6:19
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El cielo es el único lugar seguro para un tesoro.

En Oriente, durante los tiempos bíblicos, la riqueza se preservaba básicamente en tres maneras. No había papel, no había libros bancarios, no había nada que coincidiera con el tipo de sistema que tenemos hoy. La riqueza se identificaba literalmente con bienes materiales: prendas de vestir, granos y oro o metales preciosos.

Las prendas de vestir, en la Biblia, siempre fueron una expresión de riqueza. En Jueces 14:12, Sansón les dijo a los filisteos que si podían responder a su enigma, les daría «treinta vestidos de lino y treinta vestidos de fiesta». Pero hay un problema con las prendas de vestir: las polillas se las comen. ¿Alguna vez ha notado que las polillas no se comen lo que usted usa, sino solamente lo que almacena? Tendemos a acumular y a invertir gran parte de nuestro tesoro en nuestras prendas, esperando —sin pensarlo— que las polillas las destruyan. Los granos eran otra fuente de riqueza. El rico insensato dijo que derribaría sus graneros y construiría otros más grandes para almacenar todo su grano y sus bienes (Lucas 12:18). En Mateo 6:19 la palabra griega traducida como «óxido» literalmente significa «comer». El problema con el grano es que a los ratones, las ratas, los gusanos y las alimañas de cualquier tipo les gusta comerlo. El tercer bien material era el oro o los metales preciosos.

El problema con esto es: ¿dónde puede esconderlo la  persona? Podría guardarlo en su casa, pero un ladrón podría entrar y robárselo. Por lo tanto, era común hallar un lugar secreto en los campos en donde se cavaba un hoyo —en medio de la oscuridad de la noche— para enterrar ese preciado bien. Pero los ladrones acechaban por la noche y observaban dónde enterrarían los hombres su tesoro con el fin de desenterrarlo luego.

Nada de lo que usted posee está completamente a salvo de la destrucción o el robo. E incluso si mantiene sus posesiones perfectamente seguras durante toda su vida, ciertamente se
separará de ellas al morir. Es por eso que Jesús dijo que uno debe acumular tesoros en el cielo «donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan» (v. 20). Y usted, ¿qué hace con todo esto? ¿Está guardando su tesoro en un lugar seguro?

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Sugerencias para la oración: Agradezca al Señor por proporcionarle un lugar seguro y eterno donde pueda invertir para su gloria.

Para un estudio más profundo: Lea Santiago 5:1-3. ¿Qué dice el apóstol acerca de los bienes materiales?

Foto de Portada lucas Favre en Unsplash


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