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Por: Andrew Murray*

Marcos 12:41-44: 41 Jesús se sentó frente al arca del tesoro, y observaba cómo la multitud echaba dinero en el arca del tesoro; y muchos ricos echaban grandes cantidades. 42 Y llegó una viuda pobre y echó dos pequeñas monedas de cobre, o sea, un cuadrante. 43 Y llamando a sus discípulos, les dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos los contribuyentes al tesoro; 44 porque todos ellos echaron de lo que les sobra[e], pero ella, de su pobreza echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir.

¡Qué fe tan maravillosa es el cristianismo! Toma el dinero, que es la encarnación misma del poder de los sentidos de este mundo, con todo su interés propio, su codicia y su orgullo, y lo convierte en un instrumento para el servicio y la gloria de Dios.

Piensa en los pobres. ¡Cuánta ayuda y felicidad se trae a decenas de miles de personas necesitadas con la ofrenda oportuna de un poco de dinero por medio de la mano del amor! Dios ha permitido la diferencia entre los ricos y los pobres con este mismo propósito, para que, tal como el intercambio entre compras y ventas produce una dependencia mutua entre los hombres, el dar y recibir por la caridad tenga una abundante campo de bendición por dar y recibir bien. Él dijo que es «más bienaventurado dar que recibir». ¡Qué privilegio y bendición tan divinos es tener el poder de aliviar a los necesitados y alegrar el corazón de los pobres por medio del oro o la plata! ¡Qué fe tan bendita es la que hace que el dinero que damos sea una fuente de mayor deleite que aquello que gastamos en nosotros mismos! Lo que gastamos en nosotros es mayormente en lo temporal y lo carnal, pero aquello que se gasta en la obra del amor tiene un valor eterno, y produce una felicidad doble para nosotros y para otros.

Piensa en la iglesia y en su obra en este mundo, en las misiones en casa y fuera, en las miles de agencias que hay para ganar a las personas, sacándolas del pecado y llevándolas a Dios y la santidad. ¿Es verdad que la moneda de este mundo, al ser echada en el tesoro de Dios con el espíritu correcto, puede recibir el sello de acuñado del cielo y ser aceptada en intercambio por las bendiciones celestiales? Lo es. Las ofrendas de fe y amor no solo entran en el tesoro de la iglesia, sino también en el tesoro de Dios, y son devueltas en bienes celestiales. Además, eso no es algo que se realiza de acuerdo a los estándares de valor terrenales, donde la pregunta es siempre ¿cuánto dio?, sino que se hace con respecto a la medida del cielo, donde no se tiene en cuenta los juicios humanos acerca de lo que es mucho y poco, grande o pequeño.

Cristo ha inmortalizado el cuadrante de la viuda pobre. Con su aprobación, brilla a través de los siglos como el oro más resplandeciente. Ha sido la bendición de decenas de miles por la lección que enseña. Te enseña que tu cuadrante, si es todo lo que tienes y lo das de forma honesta (que es como debes dar las cosas al Señor) tiene Su aprobación, Su sello y Su bendición eterna.

*Andrew Murray. Fue un notable predicador y escritor sudafricano, autor de más de 250 libros, uno de los grandes maestros dados por Dios a la Iglesia.


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2 comentarios en «Lo que hace tu ofrenda»
  1. Wow!!! Tremendo. Lo que se da con amor, «sin miedo»y con las motivaciones correctas, sea grande o pequeño, llega a las arcas de nuestro padre Celestial. Gracias. Dios los bendiga.

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