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La colelitiasis o litiasis biliar, las conocidas como ‘piedras en la vesícula’, surgen generalmente por la precipitación y la cristalización de las sales biliares en la vesícula. Se estima que en Europa un 10 % de la población adulta presentan colelitiasis.

Según la Asociación Española de Gastroenterología, se trata de una enfermedad muy frecuente. De hecho, destaca que es 3 veces más frecuente en las mujeres durante su edad fértil, que en los hombres. Además, de forma general, la prevalencia en las mujeres es el doble que la de los hombres.

No obstante, esta entidad científica resalta que en la mayor parte de pacientes (60-80 %), la colelitiasis es asintomática y se diagnostica incidentalmente al indicar una ecografía por otros motivos.

“El riesgo medio anual de desarrollar síntomas es del 2 % y la incidencia anual de complicaciones y cáncer de vesícula es 0,3 % y 0,02 %, respectivamente. Por ello, no es necesario realizar colecistectomía profiláctica a todos los pacientes, aunque siempre hay excepciones”, precisa.

Así, la presencia de cálculos vesiculares puede ser detectada incidentalmente en pacientes que no presentan ningún síntoma abdominal, o bien que tienen síntomas que no son interpretados como originados por litiasis. “Se hace el diagnóstico en ocasión de una ecografía de rutina en busca de otras afecciones abdominales u, ocasionalmente, por palpación de la vesícula durante una cirugía”, matiza el doctor Juan P. Marín Calahorrano, especialista en cirugía general en el Hospital Quirónsalud Zaragoza.

“Se asume que el 70 % de los casos responde a factores ambientales, y un 30 % tienen un componente genético, puntualiza por su parte la Asociación Española de Gastroenterología, quien apunta entre otros factores de riesgo asociados a la aparición de colelitiasis: el hecho de ser mujer, embarazos múltiples, la toma de anticonceptivos orales, obesidad, pérdida rápida de peso, niveles plasmáticos elevados de triglicéridos, dieta rica en grasa animal, diabetes, factores genéticos, ayuno prolongado, nutrición parenteral total, cirrosis, estenosis biliares, quistes congénitos, o pancreatitis crónica.

“Las colelitiasis se suelen relacionar con algunos hábitos alimenticios, pero la realidad es que tratamos pacientes con todo tipo de dietas y la prevención o disolución de los cálculos vesiculares no es efectiva”, explica el doctor Juan P. Marín Calahorrano.

Es más, señala que cuando no hay ningún síntoma en absoluto, la cirugía no es totalmente necesaria en los pacientes con litiasis vesicular asintomática, e inclusive en pacientes que han presentado un episodio de dolor litiásico no complicado.

“Aún así, si el paciente se expresa asintomático, no hay un consenso sobre cómo actuar, y para ello haremos una valoración individualizada. Principalmente si el paciente no tiene riesgo anestésico, se programará una cirugía con tiempo, y se realizará la colecistectomía laparoscópica. Evitamos así que haya problemas más adelante, teniendo en cuenta que cuanto más joven es el paciente, más probabilidades tiene de que tener un cólico vesicular porque esa vesícula enferma estará más años funcionando”, señala el doctor Marín.

Sobre la cirugía de la extirpación de la vesícula (colecistectomía laparoscópica), este experto afirma que es poco invasiva (laparoscópica), muy frecuente, y muy bien tolerada.

“Los tratamientos conservadores, como la modificación de la dieta, generalmente no impiden la reaparición de los cálculos biliares. Hasta la fecha se han estudiado distintos fármacos para disolver los cálculos pero no han sido efectivos. La colecistectomía es la única manera de prevenir y tratar los síntomas de los cálculos biliares, la vesícula está enferma y hay que extirparla porque tiene predisposición a generar los cálculos”, subraya el cirujano.

¿En qué consiste una colecistectomía?

Se trata, según detalla el especialista del Hospital Quirónsalud Zaragoza, de una cirugía sencilla que suele realizarse por laparoscopia (99 % de casos), con incisiones pequeñas, y con pocas consecuencias para el paciente.

Para ello, precisa de anestesia general, la cirugía habitualmente dura menos de una hora, y tras ella el paciente se levanta y come la misma tarde de la intervención, y se va de alta al día siguiente.

“La mayor parte de las personas no padecen problemas digestivos después de una colecistectomía. La vesícula no es fundamental para una digestión saludable. A veces, algunas personas pueden tener heces blandas después del procedimiento, lo que generalmente se resuelve con el tiempo”, sostiene el cirujano.

Eso sí, resalta que las personas que se someten a una colecistectomía laparoscópica pueden caminar, y realizar una vida normal desde el primer día, sin realizar esfuerzos, para reincorporándose a su actividad habitual en unos 15 días-1 mes.

Con información de EFE salud


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