Por: John MacArthur
Dios no está satisfecho con nosotros. Esa es la razón por la cual tenemos que llegar a Él por medio de Jesús. Él es el único que satisface al Padre y, por tanto, nadie llega al Padre sino a través de Él. La idea de que Dios nos acepta como somos no es bíblica en lo absoluto. Llegamos a Jesús como somos, pues no tenemos nada digno para ofrecerle. Pero Él no nos presenta al Padre como somos. De la forma en que estamos, somos completamente impresentables. De otra forma, nos podríamos presentar por nuestra propia cuenta.
Cuando Jesús nos presenta a su Padre, se presenta a sí mismo, como es. Cuando entramos a la presencia de Dios, Él ve a Jesús y no a nosotros. El ve la justicia de Jesús, no nuestra injusticia. Ve el sacrificio de Jesús, no nuestro pecado. Su pago por nuestro pecado, no el castigo que merecíamos por él. Jesús reconoció la deuda de los pecadores. Reconoció que Dios debía quedar satisfecho y ofreció su propia sangre —se ofreció a sí mismo— por nosotros.
Tomado del Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Hebreos y Santiago © 2014 por Editorial Portavoz p. 253
Al enfatizar en el artículo la presentación por cuenta propia. Tiene que ver con conceptos fundamentales dentro de la Biopolítica (los cuales no enuncio) de momento.
Qué puedo o podemos ofrecer, esa es la cuestión (es). Nes.
Todos cometemos errores Dios no les perdona que sean unos insatisfechos de miércoles de ceniza. Up’s se tenía qué decir y se dijo. Digo.