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Por: John Piper

El lenguaje usado en los Diez Mandamientos es contracultural, contradictorio, ofensivo e impactante para cualquiera que no haya abrazado la centralidad de Dios. Podríamos resumir los dos primeros mandamientos así:

No tengas nada por encima de Mí en tus pensamientos, afectos, palabras y acciones. No tengas sustitutos tallados que roben tus pensamientos, afectos, palabras y acciones porque tengo celos de tener todo tu corazón, toda tu mente, toda tu alma y todas tus fuerzas.

Luego, viene el tercer mandamiento: “No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano, porque el Señor no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano” (Éxodo 20: 7). Este mandato no es menos contracultural, contradictorio, ofensivo e impactante que los anteriores. Y si Dios no tuviera este celo por Su propio nombre no tendríamos salvación ni gozo.

El llamado del tercer mandamiento, entonces, es este: Apártate de tomar el nombre del Señor en vano. Arrepiéntete, recibe el perdón y luego, por el poder del Espíritu de Dios, termina con este pecado. No tomes el nombre del Señor tu Dios en vano.

El nombre más grande

Profundicemos en el significado del nombre y el significado de en vano y luego, dejemos que el fluir del pensamiento del mandamiento uno al tres nos ayude a definir lo que significa tomar el nombre del Señor en vano.

El nombre, ¿qué es eso? ¿Qué es lo que no debemos tomar en vano?

Soy quien soy

El primer enfoque del significado de Dios es sin duda el nombre propio de Dios que Él había revelado cuando Moisés liberó al pueblo de Egipto, Jehová, que se basa en el verbo “Yo soy” (Éxodo 3:14) y significa el ser absoluto de Dios: “Yo soy Quién soy” ―sin principio, sin final, sin devenir, sin dependencia de nada fuera de mí. Ese es Su nombre. En algunas versiones de la Biblia, dondequiera que veas SEÑOR con mayúsculas, eso es lo que debes pensar. Esto ocurre en más de seis mil veces en el Antiguo Testamento.

Sabemos que esto es lo más importante en la mente de Dios porque lo ha hecho tan prominente en los Diez Mandamientos:

  • Éxodo 20: 2: “Yo soy Jehová tu Dios”. (RV60)
  • Éxodo 20: 5: “Yo el Jehová tu Dios soy un Dios celoso”. (RV60)
  • Éxodo 20: 7: “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano”. (RV60)

Entonces, el primer y más obvio enfoque del nombre en el versículo 7 es el SEÑOR (Jehová). “Yo soy quien soy”, no tomes ese nombre en vano.

Nombrando la realidad

Sin embargo, el mismo hecho de que el nombre Jehová (RV60) tenga un significado nos recuerda que, en la Biblia, el nombre de alguien dice cosas decisivas sobre la persona. No son meras etiquetas que te ayudan a distinguir a una persona de otra. Son expresiones de la realidad de un individuo.

Por ejemplo, aquí en el versículo 5 dice: “Yo, Jehová tu Dios, soy un Dios celoso” (RV60). Entonces, los celos son parte de Su realidad y cuando llegamos a Éxodo 34:14, esto es lo que leemos: “No adorarás a ningún otro dios, porque Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es” (RV60). Esta es una descripción de la realidad en Éxodo 20:5. Ahora, en Éxodo 34:14, es Su nombre. Y así es en toda la Biblia.

  • Isaías 57:15: “Así dice el Uno. . . que habita en la eternidad, cuyo nombre es Santo.” Esa es Su realidad, así que ese es Su nombre.
  • Isaías 9: 6: “Un niño nos nace, un hijo nos es dado. . . se llamará Su nombre Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”. Esa es Su realidad, así que ese es Su nombre.
  • Mateo 1:21: “Llamarás Su nombre Jesús, porque Él salvará a Su pueblo de Sus pecados”. Su realidad es un Salvador, entonces Su nombre es Yeshua – Jesús, uno que salva.
  • Apocalipsis 19:1316: “El nombre por el cual es llamado es Palabra de Dios… En Su manto y en Su muslo tiene escrito un nombre: Rey de reyes y Señor de señores”. Eso es lo que Él es, Su realidad ―Palabra de Dios, Rey de reyes, Señor de señores― así que ese es Su nombre.

Entonces, “No tomes el nombre de Jehová tu Dios en vano”, significa “No tomes a Dios, o cualquier cosa que Su nombre exprese sobre Su realidad, en vano”. Dios es Yo Soy, ser absoluto, celoso, santo, admirable Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz, Jesús, Verbo de Dios, Rey de reyes, Señor de señores, “el Alfa y la Omega” (Ap 21: 6). Eso es lo que es, Su nombre, Su realidad, Su divinidad. No lo tomes a Él ni a ningún aspecto de Su ser ni Su nombre en vano.

Tomando en vano

¿Qué significa “Tomar en vano”?

¿Qué significa tener alguna revelación de la realidad de Dios en nuestra mente y pensar en Él en vano? ¿Llevar alguna revelación de la forma en que Dios es en nuestro corazón y tener sentimientos acerca de Él en vano? ¿Tomar alguna expresión de la realidad de Dios en nuestra boca y hablar palabras sobre Él en vano? ¿Incorporar alguna revelación de Dios a nuestras resoluciones de realizar acciones en este nombre en vano?

¿Qué significa eso —tratar a Dios, Su nombre, en nuestros pensamientos, sentimientos, palabras o acciones en vano?

Futil, inútil, vacío, desperdiciado

El significado de esta frase en vano en Éxodo 20: 7 es realmente clara cuando se busca sus usos en el Antiguo Testamento y luego, se le relaciona con una palabra de Jesús. Escucha estos usos:

  • Jeremías 2:30: “En vano he herido a tus hijos; no aceptaron ninguna corrección”.
  • Jeremías 4:30: “En vano te embelleces. Tus amantes te desprecian”.
  • Jeremías 6:29: “En vano prosigue el refinamiento, porque los impíos no son quitados”.
  • Jeremías 46:11: “En vano has usado muchas medicinas; no hay curación para ti”.
  • Malaquías 3:14: “Has dicho: “Es vano servir a Dios. ¿Cuál es el beneficio de mantenernos a cargo de Él?”.

Entonces, en vano significa inútil, vacío, sin sentido, desperdiciado: azotas a los niños, pero no hay corrección. Te maquillas, pero para nadie. Pones a los malvados en el fuego del refinador, pero no hay arrepentimiento. Tomas la medicina, pero no hay curación. Sirves a Dios, pero no hay ganancia. Todo sucede en vano.

Corazones lejos de Dios

La pregunta es: ¿cómo se toma el nombre de Dios (expresiones de Su realidad) en tus pensamientos, emociones, palabras y acciones de tal manera que estos se vuelven inútiles, vacíos, sin sentido y desperdiciados?

Jesús nos da una doble respuesta en Mateo 15: 8–9. Está citando Isaías 29:13:

Este pueblo me honra con sus labios,

pero su corazón está lejos de Mí;

en vano me adoran,

enseñando como doctrinas los mandamientos de hombres.

Se trata de adoración, pero lo que enseña se aplica a toda la vida porque para el cristiano, toda la vida es adoración (Ro 12: 1–2). “Ya sea que coman o beban, o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Co 10:31). “Todo lo que hagas, de palabra o de hecho, hazlo todo en el nombre del Señor Jesús” (Col 3:17).

Vaciados de afectos y de verdad

Jesús dice que dos cosas hacen que la adoración a Dios, el nombre de Dios, sea inútil vacía, sin sentido y desperdiciada:

  1. “Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí”. El corazón está vacío de afecto por Dios y por Su nombre: amor, admiración, reverencia, aprecio y atesoramiento.
  2. La segunda cosa que hace que la adoración sea “en vano” (Mt 15: 9) es que “me adoran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres”. Las palabras y las declaraciones sobre Dios han sido vaciadas de la verdad de Dios y reemplazadas por opiniones humanas.

Cuando el corazón se vacía de afecto por Dios y las palabras se vacían de la verdad de Dios, todos los pensamientos, todas las palabras, todas las emociones y todas las acciones son vacías, inútiles y en vano. Por lo tanto, tomar el nombre de Dios en vano es incorporar alguna expresión de la realidad de Dios en nuestros pensamientos, emociones, palabras o acciones cuando la verdad de Dios ha salido de ellos y los verdaderos afectos por Dios faltan.

Si pensabas que iba a abordar malas palabras en este artículo, como “¡Maldita sea!”, “¡Jesucristo!” y “¡Dios mío!”, bueno, yo lo he hecho—si es que tienes oídos para oír. La eliminación de ese tipo de uso del nombre de Dios es el jardín infantil en la escuela de Cristo. Si todavía tienes comportamientos de jardín infantil, aquí está la solución: llena tus palabras con la verdad de Dios y llena tu corazón de afecto por Su nombre.

Nuestra vida en Su nombre

Ahora, volvamos a los dos primeros de los Diez Mandamientos:

No olvides el lenguaje de Dios contracultural, contraintuitivo, ofensivo e impactante: “No tengas nada por encima de Mí en tus pensamientos, afectos, palabras y acciones. No tengas sustitutos tallados que roben tus pensamientos, afectos, palabras y acciones porque tengo celos de tener todo tu corazón, toda tu mente, toda tu alma y todas tus fuerzas”.

Y ahora, por tanto:

No trates Mi nombre como vacío, inútil, trivial, intrascendente e insignificante. No dejes que tus palabras estén vacías de mi verdad. No dejes que tu corazón se vacíe de sus afectos. Se reverente conmigo. Créeme. Atesorame. Satisface tu corazón conmigo.

Lo que muchos no ven es que el celo de Dios por Su nombre, es decir, Su celo por ser supremo en nuestros afectos es nuestra salvación y nuestro gozo.

Oh Señor, por amor de Tu nombre,

perdona mi iniquidad, porque es grande. (Salmo 25:11)

Ayúdanos oh Dios de nuestra salvación,

por la gloria de Tu nombre;

líbranos y perdona nuestros pecados por amor de Tu nombre. (Salmo 79: 9)

No obstante, los salvó por amor de Su nombre,

para manifestar Su poder. (Salmo 106: 8)

El nombre del Señor es torre fuerte,

a ella corre el justo y está a salvo. (Proverbios 18:10)

No trates esta torre como una choza en ruinas. No lo es. Es tu vida.

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