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Por: Paul Washer

La frase depravación total ha sido ampliamente usada por los teólogos reformados y otros para describir la caída del hombre. Aunque el lenguaje es adecuado cuando es propiamente definido, las frases depravación generalizada y depravación radical, pueden ser más apropiadas. Decir que cada hombre es totalmente depravado no significa que él es tan malo como podría o que cada acto es enteramente o perfectamente malo. Más bien significa que la depravación o corrupción moral ha afectado su ser entero – cuerpo, intelecto y voluntad. En lo subsecuente, consideraremos lo que significa y lo que no significa depravación total.

Primero, depravación total no significa que la imagen de Dios en el hombre fue totalmente perdida en la caída. En varios textos, la Escritura aún se refiere al hombre como ser hecho “a la imagen de Dios”. (Génesis 9:6, 1 Corintios 11: 7) Depravación total significa que la imagen de Dios en el hombre ha sido seriamente borrada o desfigurada, y esa corrupción moral ha contaminado su persona entera – cuerpo, razón, emociones y voluntad.

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Segundo, depravación total no significa que le hombre no tenga conocimiento de la persona o la voluntad de Dios. Las Escrituras nos enseñan que todo hombre conoce lo suficiente acerca del Dios verdadero y Su voluntad para estar sin excusa ante El en el día del juicio (Romanos 1:20). Lo que eso significa es que aparte de un trabajo especial de gracia, todo hombre rechaza la verdad de Dios a favor de sus propias fútiles especulaciones. Son hostiles hacia la verdad de Dios y buscan suprimirlo de tal modo que eso no le moleste a lo que queda de su consciencia (Romanos 1:21 -23: 1:18). El hombre conoce lo suficiente acerca de Dios para odiarlo y lo suficiente acerca de su voluntad para rechazarla y luchar contra ella.

Tercero, depravación total no significa que el hombre no tiene consciencia o que es totalmente insensible al bien y al mal. Las Escrituras enseñan que todo hombre posee una consciencia, la cual si no se insensibiliza, es capaz de llevarles a admirar acciones y carácter virtuosos (Romanos 2:15).  Lo que significa es que los hombres no son completamente obedientes a las directrices de su consciencia. Un hombre no es justo porque conozco lo que es bueno o denuncie lo que es malo, sino porque hace lo bueno que él conoce. (Romanos 3:10 – 12; 2:13; 17 – 23)

Cuarto, depravación total no significa que el hombre sea incapaz de demostrar virtud. Hay hombres que aman a sus familias, sacrifican sus propias vidas por salvar a otros, cumplen con sus deberes cívicos, y llevan a cabo buenas obras en el nombre de la religión. Eso significa que tal virtud no es motivada por genuino amor a Dios o un genuino deseo de obedecer sus mandamientos, tampoco hay un hombre que glorifique a Dios en cada pensamiento, palabra y acto (Deuteronomio 6: 4 – 5); Mateo 22: 37, 1 Corintios 10:31). Todo hombre se prefiere a sí mismo que a Dios – eso mueve a los hombres a actos altruistas, heroicos, cívicos y una buena religión externa .

Quinto, depravación total no significa que todo hombre es tan inmoral como podría ser, que todo hombre es igualmente inmoral, o que todo hombre es indulgente con cada forma de maldad que existe. No todos los hombres son delincuentes, fornicarios o asesinos. Lo que significa es que todos los hombres nacen con una gran propensión o inclinación hacia el mal, y que todos los hombres son capaces de los más indecibles crímenes y las más vergonzosas perversiones. Como un todo, toda la humanidad esta inclinada a una corrupción moral cada vez mayor, y esta deterioración moral sería incalculablemente más rápida de lo que es si no fuera por la común gracia de Dios la cual la restringe (A.A. Hodge. Outlines of Theology, Edinburg: Banner of Truth, 329). El hombre por sus propios actos, no puede librarse o recuperarse de esta espiral descendente (Jeremías 13.23; Romanos 7: 23 -24)-

Finalmente, la depravación total no significa que el hombre no posee las facultades necesarias para obedecer a Dios. El hombre no es una víctima que desea obedecer a Dios, pero es incapaz de hacerlo por factores fuera de su control. Dios ha equipado al hombre con intelecto, voluntad y libertad de elegir. El hombre es por lo tanto responsable ante Dios como un agente moral. Depravación total significa que el hombre no puede someterse por sí mismo a Dios porque no quiere, y no lo hará por su propia hostilidad hacia Dios (Romanos 8: 7 -8)

Fragmentos del libro “El poder y el mensaje del Evangelio” pág. 94 -95

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