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Por: Charles Surgeon

Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. Juan 19:30

La deuda había sido saldada hasta el último centavo. La expiación y la propiciación fueron hechas de una vez por todas y para siempre, por medio de esa única ofrenda hecha en el cuerpo de Jesús en el madero.

Allí estaba la copa; el infierno estaba en ella; el Salvador la bebió: no dio un trago y luego una pausa; no dio un sorbo y luego un descanso; sino que Él la agotó hasta que no quedó ni un solo residuo correspondiente a alguien de Su pueblo. El gran látigo de diez correas de la ley fue desgastado en Su espalda; no ha quedado ningún azote para golpear a alguien por quien Jesús murió.

El gran cañoneo de la justicia de Dios ha utilizado todas sus municiones; no queda nada que pueda ser lanzado contra un hijo de Dios. ¡Oh  justicia, tu espada está envainada! ¡Tu trueno está silenciado, oh ley! Ahora no queda nada de todas las aflicciones, dolores y agonías que debieron haber sufrido por sus pecados los pecadores elegidos, pues Cristo ha soportado todo por Sus propios amados, y «consumado es».


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Un comentario en «Ya no hay ira para un hijo de Dios – Charles Spurgeon»
  1. Si es claro que ya no hay ira para un hijo de Dios, entonces por qué algunos dicen que la iglesia pasará por la Gran Tribulación?

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