Por: Paul Washer.
Como jefe de mi hogar, tengo derecho a servir a todos en mi hogar y a acostarme más cansado que todos los demás en mi hogar.
Tengo la autoridad para trabajar muy duro en la misión, volver a casa y saber que mi día acaba de comenzar. Tengo una esposa. Ahora tengo tres hijos en casa. Tuve cuatro hijos en casa. Uno de ellos acaba de cumplir cinco años y ella es mi sombra.
Verán, hombres, en realidad no quieren autoridad. La autoridad te enviará a una tumba prematura, o al menos te hará parecer que ya estás listo para una tumba prematura. La autoridad te cansará. La autoridad te convierte en un sirviente, que cada decisión que tomo no estoy en la ecuación. Esa es la verdadera autoridad.
¿Qué manda Dios? ¿Qué le traerá gloria? ¿Qué es lo mejor para mi esposa? ¿Qué puedo hacer para que ella prospere, que crezca, que se convierta en todo lo que debe llegar a ser en Cristo? ? No moldeada a mi imagen, sino moldeada a la imagen de Dios según la forma en que Dios la hizo. ¿Lo ves?
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No entendi nada, está muy mal redactado y soy escritor se lo que digo.
Seguramente esta es una transcripción de algo que Washer dijo en alguna entrrevista o conferencia, y lo escribieron tal cual. Sin embargo, si antes lo has escuchado predicar, entenderás perfectamente el artículo. Bendiciones.
Es una transcripción lo que se hizo, Bendiciones
Que siempre estés dispuesto a servir a tu esposa, que tú amor sea sacrificial, que laves sus pies, así como nos dejó el ejemplo Nuestro Salvador, eso es reflejar la santidad de Cristo y la mejor manera de demostrar tu amor a tu esposa. Que nuestro SEÑOR te bendiga
Muy útil, gracias.
Hombre o una mujer que leen las sagradas escrituras y que la meditan en buen tiempo.
Tarde o temprano la actitud de ellos se conformará a lo que ellos leen o meditan.
Ahí sale un verdadero hombre y una mujer integra.