Por: John Bunyan (1628 – 1688)
En tu mano están mis tiempos. Salmos 31:15
Las aflicciones son gobernadas por Dios, tanto en cuanto a su tiempo, su número, su naturaleza, su medida. Nuestros tiempos, por lo tanto, y nuestra condición en estos tiempos, están en la mano de Dios.
Dios está en todas las providencias cuando estas son tan amargas, tan aflictivas, tan bruscas, tan destructivas como nunca para nuestras comodidades terrenales.
¡Cada copa amarga la ha preparado Él!
Es Jesús, tu mejor amigo, el que profundamente te ama, quien designa todas las providencias, las ordena, las anula, las modera y las santifica todas —y las endulzará todas— y en su debido tiempo las hará provechosas para ustedes, de modo que algún día tendrán motivo para alabar y bendecir Su nombre para todas ellas.
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