Por: J. C. Ryle
Oh, qué epístolas deberían ser ellos mismos, y con qué claridad deberían ser escritas.
Un creyente con esperanza y que crece es un sermón andante. Predica mucho más que el pastor, porque predica toda la semana, avergonzando a los no convertidos, aguzando a los convertidos y mostrando todo lo que la gracia puede hacer. Este creyente hace bien por medio de su vida, y después de su muerte ¡qué evidencias tan amplias dejará detrás! Le llevamos a la tumba sin una sola duda. ¡Qué valor tiene y qué poder, un cristiano que crece! El Señor haga de mí y de ti uno de ellos.
El mundo no conoce mucho de Cristo, aparte de lo que ve de Él en su pueblo.
Tomado del folleto “La Cruz de Cristo” de J. C. Ryle