Por: Martyn Lloyd Jones.
Hay hombres que comienzan por una doctrina verdadera y acaban en la contemporización. Eliminan el tropiezo de su predicación y su Evangelio. Y lo mismo sucede con el cristiano individual, el miembro de una iglesia. Bueno – decimos -, por amor de la unidad no insistiremos tanto en eso como solíamos. Para que nadie se ofenda, prescindiremos de estas cosas que antes eran comúnmente aceptadas: la contemporización. Cuántos estragos ha hecho el Diablo en la iglesia cristiana por esa vía en los últimos cien años.
Fragmentos del libro “Vida en el Espíritu” pág. 303