Por: Charles Spurgeon
Hemos de mostrar cariño ilimitado hasta a quienes rechazan nuestro evangelio. Debe llenarnos de profunda melancolía el que los hombres rehúsen al Salvador, y sigan el camino de la destrucción. Si persisten en destruirse, es preciso que lloremos por ellos en la cámara secreta.
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¿Lloras alguna vez por tus oyentes como el que llora por un ser querido que partió? ¿Puedes soportar la idea de que pasen a juicio sin haber recibido el perdón? ¿Eres capaz de tolerar la idea de su destrucción? No sé cómo es posible que Dios bendiga mucho a un predicador, si este no siente angustia por el hecho de que algunos de sus oyentes pasen impenitentes al otro mundo.
Fragmentos tomados del libro “Un ministerio ideal” p. 174 el cual recopila varios sermones del pastor Spurgeon dictados en la Conferencia Anual de ministros