No olvides compartir ...

Por: A. W. Pink

Enmudecí, no abrí mi boca, Porque tú lo hiciste. Salmos 39:9

Él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia. Hebreos 12:10-11

Al darse cuenta de que era la mano de Dios que lo disciplinaba, David se abstuvo de murmurar. No fue un silencio malhumorado, sino la aceptación mansa de la vara.

Cuando nos hallemos en nuestros sanos juicios, no tendremos nada que objetar contra los tratos de Dios para con nosotros, o disputar con ellos. Dios es soberano en los actos de Su providencia y, por lo tanto, una parte importante de nuestra obediencia a Él radica en sufrir Su voluntad, así como en hacer Su voluntad. Esa obediencia se hace evidente al negarse a quejarse contra Él, pronunciando palabras de impaciencia.

LE PUEDE INTERESAR → ¿Cómo luchar contra la ansiedad? – A. W. Pink

¿Censurará el inmundo polvo y ceniza los tratos providenciales del Dios Altísimo, o impugnará Su bondad? Que todos los tratamientos de Dios hacia nosotros sean tanto maravillosos y justos ante nuestros ojos.


«Si nuestra esperanza se encuentra en Dios para la felicidad en el mundo eterno, entonces podemos bien asentir y aceptar todas las dispensaciones de la Divina Providencia en relación con este mundo» (Matthew Henry).

La consideración de que todas nuestras aflicciones son designadas por nuestro amoroso Padre celestial, debe silenciar todas las quejas. David lo hizo. Sabía que no venían por casualidad, sino por designación divina.

Después de meses de agudos sufrimientos, y aún en agonía de cuerpo, las últimas palabras de Juan Calvino fueron: «Señor, me haces polvo, pero me basta porque es vuestra mano».

¡Síguenos en nuestras redes sociales! Si te gustaría obtener más información, noticias, artículos, videos y palabra de Dios puedes seguirnos en nuestra página de Facebooknuestro canal en Youtube y en Telegram¡Bendiciones!


No olvides compartir ...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

× Recibe nuestros artículos